201309.20
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Los auditores afrontan nuevas responsabilidades con la introducción de las NIA

Inauguración de la Jornada. De izquierda a derecha Pedro Pablo Cañadas,,Francisco Sierra y José Manuel Fernández Lòpez de Uralde,

Inauguración de la Jornada. De izquierda a derecha Pedro Pablo Cañadas, Francisco Sierra y José Manuel Fernández Lòpez de Uralde,


En los últimos años se han sucedido las adaptaciones de la normativa española a la internacional en diversos capítulos de la vida empresarial. La Auditoría no escapa a esa corriente y sus normas técnicas también se modifican de acuerdo a las Normas Internacionales de Auditoria (NIA). Este proceso implica que la emisión de informes se unifica para las auditorías que se realicen en cualquier país de la Unión Europea. Algunas de esas normas presentan repercusiones importantes en la emisión de informes, es el caso de la Norma Técnica sobre empresa en funcionamiento. Además se implanta un Manual de Control de Calidad, que todos los auditores deben tener operativo desde principios de año.
Con esta coyuntura parece un momento adecuado para aclarar conceptos. De ahí que los Colegios de Titulares Mercantiles de Andalucía en colaboración con el REA-REGA y el Consejo General de Economistas, hayan celebrado una “Jornada de Estudio sobre Auditoría”, en Antequera, un punto intermedio en la región, para facilitar la asistencia de los auditores andaluces. En ella han actuado como ponentes los profesores de la Universidad de Almería Francisco Sierra e Isabel Román; David García, revisor de Control de Calidad del REA-REGA, y Eladio Acevedo, vicepresidente del REA-REGA. Todos ellos auditores ejercientes.
Y es que una empresa en situación de incertidumbre sobre la capacidad de continuar su actividad, debería de recoger tales circunstancias en la Memoria de las cuentas anuales. De no ser así, el auditor debe reflejar tal circunstancia en su informe, hasta el punto de que puede emitir informe desfavorable, con salvedades, o incluir un párrafo de énfasis, en función de la gravedad en el incumplimiento de las normas contables, y de la adecuación o inadecuación en la utilización de la hipótesis de empresa en funcionamiento.
Sin embargo, no se pide al auditor una tarea de predicción de futuribles, aunque sí se le exige que ejecute las evaluaciones necesarias para obtener evidencias suficientes de que la empresa podrá continuar con su actividad durante el siguiente ejercicio.
En cuanto a la implantación del Control de Calidad Interno, aunque supondrá un esfuerzo añadido, en especial para los despachos más pequeños y auditores individuales, entiende este colectivo que supone una mejora en la sistematización del trabajo y una mayor uniformidad en las operativas del ejercicio profesional, con independencia del tamaño de la firma de auditoría que lo aplique.

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