Y fue mágica…

Cumple 65 años y no se jubila, sino que como los olivos de Federico, está en su plenitud, agarrando la tierra para hundir mejor sus raíces, y da sus mejores frutos. Incluso, para mejorar sus rendimientos e incrementar la cosecha, prepara un injerto que generará nuevos brotes.

Un magistrado sin cara de justo juez, sino que con una sonrisa franca acepta formar parte de un grupo que en un principio no le era propio. Personal de la Agencia Tributaria que no recauda, sino que ofrece fondos a un desconocido, devueltos en calderilla. Jóvenes que cuando superan la escuela se meten de cabeza en el Colegio. Hombres que 25 años después siguen en ese Colegio y progresan adecuadamente. Un acta de nacimiento que tras estar 65 años perdida aparece en el Templo (léase la Facultad de Ciencias Empresariales) y  se devuelve a su dueño sin cargas.  Y un brindis en el que las cuentas cuadraron.

Risas, juegos de cartas sin póker y globos sin niños. Marilyn, Audrey, Escarlata, Jones, Charlot, Bond y, al frente, Quique, todos en perfecto estado de revista y sin que el tiempo les haya dejado huella.

¿Una noche mágica? Sí. La próxima se espera de cine.