Y fue mágica…
Cumple 65 años y no se jubila, sino que como los olivos de Federico, está en su plenitud, agarrando la tierra para hundir mejor sus raíces, y da sus mejores frutos. Incluso, para mejorar sus rendimientos e incrementar la cosecha, prepara un injerto que generará nuevos brotes. Un magistrado sin cara de justo juez, sino…