201411.20
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Identificar gestos y movimientos corporales puede mejorar la comunicación empresarial

En la mesa de izquierda a derecha, los sinergólogos Javier Torregrosa e Ignacio Cobaleda, junto al vocal del Colegio, Emilio Palomar

En la mesa de izquierda a derecha, los sinergólogos Javier Torregrosa e Ignacio Cobaleda, junto al vocal del Colegio, Emilio Palomar

Charles Darwin no sólo postuló su teoría de la evolución mediante la selección natural, también otra que ha quedado huérfana hasta hace apenas dos décadas, la de que las emociones primarias tienen un carácter universal. Esto es, las expresiones faciales o corporales de atracción, alegría, complacencia, enfado, miedo, etc. no varían en función de la cultura o la forma de vida de las personas. De tal forma que las palabras pueden decir una cosa y los gestos otra distinta, incluso contraria. Y todo ese campo, el de la comunicación no verbal, es el que abarcan Ignacio Cobaleda y Javier Torregrosa, sinergólogos, socios de Comunicación no verbal científica (www.noverbal.es),  que han sido los encargados de impartir el curso “Desarrollo de habilidades para el ejercicio profesional” que ha organizado el Colegio de Titulares Mercantiles de Granada.

En este curso los dos expertos han analizado algunas de las microexpresiones que emitimos sin ser conscientes y que pueden ser traducidas en cualquier ámbito de la vida, de tal forma que ese análisis “nos da la capacidad de conocer, por ejemplo, el estado de ánimo de nuestro interlocutor, si nuestra argumentación le llega de la forma adecuada, si está receptivo o hay reticencias no expresas y actuar en consecuencia”, explica Torregrosa.

Y Cobaleda sostiene que “a veces, las palabras dicen una cosa y el cuerpo otra y, en ocasiones, somos capaces de percibirlo, pero no pasa de ser una mera suposición, era lo que conocíamos como sexto sentido”. Sin embargo, el estudio de las microexpresiones, la sinergología, la neurociencia y la paralingüística se unen para “analizar todo lo que no está en las palabras y poder sacar conclusiones de una manera científica”.

Los ponentes sostienen que las palabras sólo representan el 7% de la comunicación, el resto es lenguaje corporal no consciente. Así, una mano en la cara, dependiendo del lugar en el que se coloque, nos indica que nuestro interlocutor recuerda o inventa; un leve giro del eje de la cabeza hacia la izquierda nos dice que está relajado; una mirada lateral, alejamiento, y así hasta 2.800 gestos diferentes. Todos ellos proporcionan información que, “nos permitirán conocer cómo tratar a esa persona para que la comunicación sea más fluida” apunta Javier Torregrosa.

Tales análisis “no sólo son de utilidad para negociar un precio, forjar una relación laboral, coordinar o liderar equipos de personas, sino también para persuadir a las personas de una forma positiva y, en el ámbito de la empresa, mejorar la gestión de equipos” sostiene Ignacio Cobaleda. A partir de ahí es más fácil establecer vínculos, favorecer la cooperación y buscar compromisos.

El ámbito de aplicación del estudio de la comunicación no verbal científica es tan amplio que ambos expertos imparten formación a equipos de grandes empresas españolas, la Policía y trabajan habitualmente con medios de comunicación televisivos. Y en el ámbito internacional, profesionales del mismo campo trabajan para la CIA, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, y gobiernos como el canadiense o el francés.

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